MISTURA 2010: LOS PERUANOS Y LA POLITICA ALREDEDOR DE LA GASTRONOMÍA
JUAN CONTRERAS T.
CIPAL
La idea de un país fragmentado y escindido por la herencia colonial y el neoliberalismo cede grandes espacios con acontecimientos como el Mistura 2010. Sentimos los peruanos que alrededor de nuestra extraordinaria gastronomía se eleva nuestra autoestima, el orgullo de sabor nacional, la visión de un país mejor, viable e integrador gracias al carácter emprendedor de peruanos y peruanas de abajo, de a pie, sin promoción alguna del Estado, excepto el oportunismo de García Pérez en la inauguración. Gran ausente en este proceso, el Estado. Este aquí no existe. Es que aquí no hay lugar para los grandes negocios con lobbystas de por medio, ni fortunas mal habidas. Mistura es obra, el merito de quienes remontaron la crisis mirando hacia adentro y encontraron en nuestro universo culinario el camino para mejores momentos, ciertamente la viabilidad para soñar un nuevo país.
Aunque los medios se han encargado de obviar el tema, Mistura representa la derrota de los mastines del neoliberalismo, de quienes postulan el desmantelamiento de los Estados Nación deliran por un Gobierno Global capitaneado por las trasnacionales. También de quienes abrieron las puertas del mercado peruano a la voracidad del capital extranjero, particularmente, en el rubro de los alimentos y se reconvierten ahora en esforzados promotores de los productos transgénicos. Valiosa la posición de Gastón Acurio respecto a este tema.
Mistura es también, una sonora cachetada al racismo, al desdén de las elites, a los que viven en las alturas, al lado del Señor (Alan Damián) y su desfasado rollo sobre ciudadanos de segunda categoría. ¿Que dirán Aldo Mariátegui, Martha Hitlermann, Ricardo Rey, etc. especialistas en denostar a la población quechua hablante, los despreciados de siempre? Estos no tienen títulos de Oxford, no hablan correctamente el español, "no tienen cultura" dijo nuestra muy culta doña Martha, pero son ellos los que producen más de mil quinientas variedades de papa en nuestra serranía; producen el café mas delicioso del planeta, la maca, los vinos y piscos, etc. Reivindicación histórica. Obra de los peruanos de abajo, sin duda.
No entender esta incesante corriente integradora y multicultural de nuestro país es, ciertamente, una torpeza monumental de la derecha, y, acceder a ellos solo para fines electorales, con escaleritas amarillas de por medio, es peor aun. La democracia moderna es inclusión en todos los aspectos del quehacer humano, sin menosprecios a quienes pensamos y vemos la política de otros ángulos (Aprende Lourdes). Y no hay ideas trasnochadas en este tema. El Perú es un país de grandes posibilidades decía Basadre y en la gastronomía hay una inmensa alternativa de desarrollo. Los racismos múltiples que abundan en la mente pre-diluviana de Aldo y cia., como dicen los colegiales, ya fueron. Reaccionarios totales.
Hace falta que la cultura penetre en la política para darle otro norte. Vi a Joaquin Mariátegui (Gracias José Carlos) y su banda Bareto interpretando la cumbia y la chicha peruana, evocando a Chacalon, mi ídolo desde siempre, a Juaneco. Sin duda, bacán. Baret tiene la virtud de haber recogido el mensaje, el espíritu que se mueve en los peruanos. Su música multiregional y plurisocial (chicha, cumbia, huayno, rokc, etc.) Encajan en esta importante evolución de la cultura peruana. Las ideas se mutan, la conducta política también. Persistir en los pasadismos ideológicos, prescindir de la idea del cambio es lo que hace mas obstusa y torpe a la derecha, a alguna izquierda también. Gracias Mistura. Claro, me quedo con Bareto.
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