Nuestro amigo Roger Rumrrill nos pide comentarios a esta gran recopilación de opiniones sobre la actual crisis desde el Perú. Preferimos reproducir tanbuentrabajo para animar el debate. LA RECESIÓN MUNDIAL, SU IMPACTO EN EL AGRO Y LA OPCIÓN DE LA AGRICULTURA FAMILIAR EN EL PERÚ Por Róger Rumrrill 9 Diciembre 2008 (Exposición en el VII ENCUENTRO CAFETALERO) El Premio Nóbel de Economía del 2008, Paul Krugman, profesor de la Universidad de Princeton y columnista del diario posiblemente más influyente del mundo, "El New York Times", acaba de sostener que los Estados Unidos de Norteamérica ha pasado en poco menos de 12 meses de una crisis financiera a una crisis económica y a una profunda recesión con severos e inevitables impactos en todas las economías del planeta. La mayoría de los más destacados gurús de la economía estadounidense habían ya anunciado esta crisis desde principios del año 2007, en especial Nouriel Rubini, profesor de la Universidad de Nueva York y cuyo análisis y predicciones irritaban a los ejecutivos de las grandes corporaciones. Cuando estalló la burbuja inmobiliaria y se produjeron las quiebras en el sistema financiero, Nouriel Rubini expresó su indignación porque la Reserva Federal utilizó fondos por 700 mil millones de dólares de los contribuyentes, socializando las pérdidas de los bancos de ahorro, crédito y de inversión. A principios del 2008 la mayoría de los analistas coincidían que no se trataba de una simple y pasajera crisis financiera. Martin Feldstein, de la Universidad de Harvard, declaró a principios del mes de marzo de este año que "Estados Unidos ha entrado en una recesión que podría ser la peor desde la II Guerra Mundial". Aparecieron, además, las primeras críticas a las causas y orígenes de la crisis. Una de ellas provino del más célebre de los intelectuales estadounidenses del siglo XXI, el profesor de lingüística del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Noam Chomsky, quien sostuvo, a contracorriente de los que creen en el mantra del libre mercado sin ninguna herramienta regulatoria, que una de las causas de la crisis era el triunfo de la liberalización financiera de los últimos 30 años. Chomsky escribió: "Un estudio de los investigadores en economía internacional, Winfried Ruigrok y Rob von Tulder encontró hace 15 años que, al menos 20 compañías entre las 100 primeras en el ranquin de la revista Fortune, no habrían sobrevivido sino hubieran sido salvadas por sus respectivos gobiernos, y que muchas entre las 80 restantes, obtuvieron sustanciales ganancias por la vía de pedir a los gobiernos socializaran sus pérdidas como hoy en el rescate financiado por el sufrido contribuyente. Tal intervención pública ha sido la regla, más que la excepción, en los dos últimos siglos". La crisis económica internacional, de acuerdo a la mayoría de los expertos, marca un cambio de época no sólo en la economía, sino también en la política, la sociedad y la cultura. Tiene una dimensión histórica como la caída del Muro de Berlín en 1989. Este cambio de época es descrito por Krugman en un reciente ensayo en el que expresa que la historia del pensamiento económico del siglo XX tiene semejanza a la historia del cristianismo en el siglo XVI y compara al reformador Lutero con el economista británico John Maynard Keynes. Así como Lutero produjo profundos cambios en los usos y costumbres de la Iglesia Católica de Europa Occidental especialmente en el sistema sacramental en el siglo XVI, del mismo modo John Maynard Keynes con la publicación de su libro "Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero" en 1936, removió todos los cimientos de la ciencia económica dominada por la ortodoxia del libre mercado. Luego agrega: "Cuando Milton Friedman inició su trayectoria como intelectual público, había llegado la hora de llevar a cabo una contrarreforma contra el keynesianismo y todo lo que eso conllevaba. Pero lo que el mundo necesita ahora, diría yo, es una contrarreforma". Es decir, ha llegado la hora de realizar una contrarreforma a fondo del sistema neoliberal que ha reinado como una iglesia dogmática particularmente desde los noventas del siglo XX. Esta contrarreforma implica, tal como han señalado los expertos, establecer regulaciones al mercado y otorgar un nuevo e importante rol al Estado. Pero este cambio de época por supuesto también abarca lo político. Eric Le Boucher, uno de los más destacados analistas económicos y geopolíticos del diario francés "Le Monde", escribía el 16 de marzo de este año que uno de los efectos de la crisis es la oscilación pendular del mundo del Oeste hacia el Este. Lo que implica que el motor más poderoso de la economía mundial, la de Estados Unidos, se está agotando y la China con su insaciable sed de materias primas toma el cambio. De esta oscilación pendular del poder mundial, de acuerdo a Le Boucher, está emergiendo una nueva economía que inevitablemente debe tener las siguientes carácterísticas: -Un crecimiento multipolar. -Investigación sobre el desarrollo agrícola, energético y la oferta de agua. -Un sistema financiero con mecanismos regulatorios. Le Boucher se pregunta, además, si los países en desarrollo tienen cierta autonomía para resistir la caída de la economía estadounidense, aunque el Director de Investigaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), Simon Johnson, es mucho más enfático y directo, afirmando que la crisis económica de Estados Unidos disminuirá la tendencia de crecimiento en todo el mundo. Incluso quienes creían que la China y la India jugarían cierto papel compensador frente a la recesión estadounidense se han quedado sin argumentos. "Ya que ninguna locomotora puede empujar a un convoy totalmente descarrilado". El impacto de la crisis en el Perú En un reciente foro público titulado "Crisis económica internacional: ¿qué se nos viene?", cinco destacados economistas peruanos examinaron los impactos de la crisis económica internacional en el Perú. El primero de ellos, Oscar Dancourt, señaló que los tres impactos más visibles de la crisis en el Perú son, en primer lugar, el desplome de nuestras principales exportaciones, en particular minerales, sobre todo cobre y zinc. En sólo tres meses el precio del cobre ha caído en 50 por ciento. En segundo lugar, se está produciendo una fuga de capitales. La tercera señal de que la crisis está tocando las puertas del Perú es la venta de dólares por parte de los bancos. Citó como ejemplo que en los primeros tres meses del segundo semestre del 2008 el Banco Central de Reserva (BCR) ha vendido 5 millones de dólares para detener la subida de la moneda estadounidense. Para Dancourt, ex director del BCR y profesor de economía de la Universidad Católica, el centro del sistema que todavía es Estados Unidos está en recesión y cuando estos ciclos de recesión están asociadas a una crisis financiera son más largos y severos, afectando duramente a las periferias donde, según el experto, la recesión recién está empezando, como en el caso del Perú. Por su lado el economista Bruno Seminario analizó la brusca caída de la demanda del mercado estadounidense y el corrosivo efecto que esta caída tiene actualmente en la economía europea y asiática. China, por efecto de la crisis norteamericana, está experimentando una reducción considerable de su oferta exportadora que, a la vez, repercutirá en su capacidad importadora de materias primas. Seminario puso como ejemplo el cobre, una de nuestras mayores exportaciones. El Perú exporta cobre desde hace 50 años. Este mineral se usa para la fabricación de cables que se emplean en las instalaciones eléctricas de las casas. Pero con la debacle de la industria de la construcción en Estados Unidos y también en China es previsible que la exportación del cobre peruano siga cayendo. Sólo con la baja del precio internacional del cobre el Perú ha dejado de percibir 5 mil millones de dólares. Además, según Seminario, las exportaciones durante el régimen del presidente García no han crecido y, más bien, como ocurre con los textiles, han caído en 7 por ciento en el segundo semestre del 2008. El economista José Oscátegui también centró su análisis en la caída de la demanda de nuestras materias primas desde las economías centrales, Estados Unidos, Unión Europea, China y Japón, descenso que se refleja en los términos de intercambio que antes de la crisis se situaban en 120 y ahora están en 80 y 60. Oscátegui le puso paños fríos, coincidiendo con los demás economistas, a todo el discurso triunfalista del presidente García que ha venido afirmando que el "Perú esta blindado frente a la crisis", a la que ha definido como una "crisis de riqueza y de velocidad" y ha ofrecido al Perú "como una refugio de capitales que huyen de otros lugares del mundo". Para Oscátegui, la afirmación del presidente García de que el Perú seguirá creciendo a una tasa del 8 o el 9 por ciento por las exportaciones a los países de la APEC, reunidos en el mes de noviembre del 2008 en Lima, difícilmente se cumplirá porque esas economías, en especial las más grandes, Estados Unidos, China y Japón, ya están en recesión. Al respecto, citó un estudio del Banco Mundial (BM) sobre China donde el organismo multilateral sostiene que China crecerá sólo en un 6 por ciento, que para el caso de esa potencia asiática es ya un nivel de recesión. Las cifras de exportación de las economías de la APEC indican esta crisis. En el año 1998 las exportaciones de APEC a nivel mundial representaron el 54 por ciento. En el año 2007 bajaron al 45 por ciento. Las tendencias apuntan que el año 2008 y el 2009 la caída será mucho más al fondo. Oscátegui expresó que el pronunciamiento de los países de APEC en contra del proteccionismo y la reafirmación en el libre mercado es contradictorio, "porque el libre comercio no existe y porque además dos de las economías más proteccionistas del mundo son precisamente la de Estados Unidos y China". Los más castigados de esta crisis mundial serán, en el Perú, de acuerdo a José Oscátegui, los medianos y pequeños productores, empresarios textiles, del calzado y del agro, entre otros. Reveló que en el año 2007 la industria textil ya perdió 70 mil plazas de trabajo y que el Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, que el régimen de García apura, puede causar más daños aún. La industria del calzado será muy golpeada y en cuanto al agro, tanto medidas internas como la rebaja de aranceles y otras relacionadas con la apertura del mercado de tierras, así como factores exógenos vinculados con la recesión mundial, provocarán verdaderos estragos en el campo peruano. Para el economista Humberto Campodónico es el libre mercado el que ha conducido al mundo a esta crisis y, por esta razón, el neoliberalismo está ahora en jaque. Citando al multimillonario estadounidense George Soros dijo que la idea que el mercado tiende al equilibrio es un error y, coincidiendo con los gurús de la economía y la geopolítica internacional, expresó que asistimos a una crisis de hegemonía y que el siglo XXI será el siglo de la CHINDIA, es decir, de la China e India. Campodónico es crítico de los Tratados de Libre Comercio (TLC) no sólo porque estos tratados parten de la idea fundamentalista y reduccionista de que el neoliberalismo o la liberalización del comercio es la solución a los problemas de la economía, sino también porque nuestro país ha negociado el TLC con Estados Unidos y ahora negocia otro con China desde posiciones muy concesivas, a tal punto que estos tratados son mucho más favorables para nuestras contrapartes que la negociación en la Organización Mundial de Comercio (OMC). "TLC es OMC plus", resumió. El quinto economista que expuso en el foro público "Crisis económica internacional: ¿qué se nos viene? fue Javier Iguiñiz, también profesor de la Universidad Católica. Para Iguiñiz el capitalismo está en crisis desde hace 30 años y la crisis presente anuncia grandes cambios porque aún los más reacios y dogmáticos creyentes del sistema neoliberal tienen que aceptar que la economía mundial está en recesión y citó al respecto a Lawrence Summers, antiguo funcionario del Banco Mundial que negaba los impactos del cambio climático en la economía y ha sido recientemente nombrado Director del Consejo Nacional de Economía de la Casa Blanca en el nuevo gobierno de Barack Obama. Summers ha dicho a propósito de la crisis: "Lo que antes era inimaginable, ahora es inevitable". Iguiñiz sostiene que el mayor cuestionamiento al modelo neoliberal radica en la enorme brecha entre países ricos y países pobres, así como la distancia entre ricos y pobres en el mundo es una realidad insoportable que tiene que cambiar. Sin embargo, matiza su crítica señalando que aumenta la distancia económica pero disminuye relativamente la brecha en desarrollo humano con la reducción del analfabetismo y las tasas de mortalidad. Estamos en una situación paradojal, según Iguiñiz, porque estamos pasando de una cultura antiestatista a una cultura de valoración del estado; de una economía de la oferta, a una economía de la demanda. Este nuevo contexto creado por la crisis abre las posibilidades para realizar cuestionamientos de fondo al autoritarismo empresarial, a que las finanzas estén más cerca del productor, a que las reguladoras opten también por el Estado, además de las empresas como ha sido la tendencia en las 3 últimas décadas, a que el Estado articule mejor su relación con la sociedad civil, a una mayor aspiración democrática de los trabajadores, a la defensa irrestricta de los derechos humanos, así como una defensa y valoración del medio ambiente y las fuentes energéticas. Iguiñiz no cree, como han afirmado algunos críticos del capitalismo, que el sistema colapsará. "Un sistema cae cuando hay otro que pueda sustituirlo. Pero por el momento no hay un sistema que sustituya al capitalismo. Sin embargo, tenemos que hacer que el cambio sea para mejor y no para peor". El agro, la recesión mundial y el cambio climático Las primeras señales de que la crisis económica mundial llegaba al agro se dió cuando los precios de los principales alimentos, trigo, arroz, maíz, oleaginosas y lácteos saltaron por las nubes en el mercado internacional. Este incremento de precios de los alimentos ha profundizado la miseria de más de 1,000 millones de personas en África, Asia y América Latina y en países del Pacífico vulnerables a la hambruna y la desnutrición. Algunas de las causas de esta inflación de los precios alimenticios y una real amenaza a la soberanía alimentaria de muchos países, particularmente de África, Asia y América Latina, fueron y son las siguientes. En primer lugar, los 6 mil millones de dólares que la administración Bush otorgó a los productores de biocombustibles, sustrayendo al mercado alimentario grandes volúmenes de maíz, arroz y oleaginosas. Lo mismo ocurrió en otros países y la tendencia sigue en curso. A ello hay que agregar que muchos países, para asegurar su abastecimiento interno, limitaron sus exportaciones de alimentos, instauraron cuotas y elevaron sus impuestos. Tales los casos de Argentina, Ucrania, Rusia, India y China. En estos dos últimos países además la demanda alimentaria se ha incrementado por el crecimiento demográfico y económico. Un estudio efectuado en China sobre alimentación establece que en 1980 un chino comía un promedio de 20 kilos de carne al año. En el año 2007 el consumo subió a 54 kilos, que representa 60 millones de toneladas de carne al año, lo que equivale a 240 millones de de vacas, 600 millones de cerdos y 24 millones de pollos. Para producir un kilogramo de carne de res se necesita 8 kilogramos de granos, 15 veces más agua y 10 veces más terreno que para producir un kilogramo de proteína vegetal. También el cambio climático ha sido un factor de primer orden en el incremento de precios y escasez de alimentos. Europa tuvo que importar por primera vez 15 millones de toneladas de cereales en el 2007 debido que sus sembríos fueron severamente dañados por las alteraciones del clima. Pero hay dos causas de fondo, además del incremento de los precios del petróleo a fines del 2007 y principios del 2008, de la crisis alimentaria que ha provocado verdaderas tragedias en los países pobres. Una de ellas es la nula o mínima inversión en el medio rural. El Banco Mundial en su informe de octubre del 2007 dice que la inversión pública en el último cuarto de siglo fue de sólo el 4 por ciento en el medio rural, pese a que en el campo vive el 75 por ciento de los más pobres del mundo. La otra causa del hambre en los países pobres es la apertura del mercado y las desregulaciones y los subsidios que imponen los países ricos a través de los TLCs y otros mecanismos del libre mercado. Un ejemplo del modo cómo estas perversas políticas empobrecen a nuestros países es Indonesia. Este país se abastecía de soya hasta 1992. Con la apertura de su mercado, ahora Indonesia importa el 60 por ciento de su abastecimiento de soya que es vital para su alimentación. El otro ejemplo es México. Antes de la suscripción del TLC con Estados Unidos y Canadá en 1994, México era un país autosuficiente en alimentos. Ahora México importa 98 por ciento de soya, el 80 por ciento de arroz, el 50 de trigo y el 25 por ciento de maíz. En medio del río revuelto de la crisis, hay ganancia de tiburones. Las multinacionales de los agronegocios han obtenido enormes utilidades con la especulación de los alimentos. La mayor empresa de granos del mundo, Cargill, aumentó sus utilidades en 86 por ciento en los primeros tres meses del 2008 cuando los precios de los alimentos tocaron el cielo. Bunge, otra multinacional de los agronegocios, subió sus utilidades en 77 por ciento en el último trimestre del 2007. Por su lado, otra multinacional de los alimentos, Archer Daniels Midland Company, ganó más del 67 por ciento en el 2007. No fueron los únicos. Los gigantes mundiales de las semillas transgénicas, Monsanto, Astra-Zeneca, Novartis, Aventis y DuPont, asedian las fronteras de los países pobres con alta biodiversidad para derribar las regulaciones y medidas precautorias y entrar a saco partido en los mercados de esos países con el argumento ilusorio y falaz de que la producción transgénica resolverá el trágico problema del hambre. El escenario agroalimentario en el mundo, con la recesión económica, el cambio climático y la previsible escasez del agua y energía, es sombrío. Las Casandras de la economía mundial sostienen que para el año 2050 el planeta tendrá 9 mil millones de habitantes y será entonces necesario duplicar la producción alimentaria, particularmente de trigo, arroz, azúcar, carnes y leche. Se estima que 40 países estarán al borde del abismo del hambre, entre ellos el Perú. Para el año 2080, las predicciones estiman que la India, uno de las naciones más pobladas de la Tierra, con 1147 millones de habitantes en el 2008 (la China se calcula que tendrá en el año 2030 aproximadamente 1460 millones de habitantes), perderá el 40 por ciento de su capacidad agrícola, el África, Brasil, Pakistán el 20 por ciento y regiones del Oriente Próximo, el Maghreb, el Sahel, África Central, el Caribe y México sufrirán el impacto del calentamiento climático. Las Casandras vaticinan que el sistema actual de monopolios y oligopolios para ese entonces serán disfuncionales a los requerimientos de la producción, distribución y comercialización de alimentos. Un efecto de la disfuncionalidad del modelo será su estallido y el desplome de la oferta. La recesión mundial y la crisis del agro en el Perú Los efectos de la crisis y la inflación de los precios de los alimentos tocaron al Perú desde el 2006 y continuó su curso ascendente en el 2007. Pero en los meses de febrero, marzo y abril del 2008 los precios de dispararon a alturas estratosféricas. En la Amazonía Peruana, a la inflación de los precios alimenticios se sumó una creciente e inundación de los ríos que duró, por efecto del cambio climático, un semestre y que devastó la producción agrícola y las crianzas en las tierras aluviales. Productos como el pollo, arroz, aceite, azúcar y otros se tornaron inalcanzables para la mayoría de los peruanos. Pero a fines del 2008 los precios internacionales del maíz, trigo y arroz han caído y lo que parecía una oportunidad para los agricultores peruanos se ha esfumado. De acuerdo a la FAO, el 50 por ciento de la inflación en el mundo provenía de los alimentos. En el Perú en esos meses la inflación trepó al 6 por ciento. En América Latina 26 millones de personas más se sumaron a la corte de los milagros de la pobreza a causa de la crisis alimentaria. Lo que significa que los puntos que se ganó al combate de la pobreza se perdió y 15 años de guerra contra la desnutrición se hicieron cero y pabilo entre el 2007 y 2008. El presidente García nunca reconoció que parte importante de la inflación en los alimentos era la consecuencia de la falta de respuestas y decisiones oportunas para la producción alimenticia y peor aún: de la crónica e irresponsable ausencia de una política agraria en éste y otros gobiernos. Más bien fiel a su estilo, culpó de la inflación a factores externos y no se le ocurrió mejor idea que eliminar prácticamente todos los aranceles de los alimentos importados a través de los Decretos Supremos 211, del 28 de diciembre del año 2006, el 105 del 19 de julio del 2007, el 158 del 13 de setiembre también del 2007 y el 038 del 7 de marzo del 2008. "Con esta medida, los precios de los alimentos bajarán en un promedio del 10 por ciento en los próximos 6 meses", anunció exultante el ministro de Economía y Finanzas de ese entonces, Luis Carranza Ugarte. Por supuesto que los precios no bajaron. Todo lo contrario, siguieron subiendo pese a que los precios de algunos productos empezaron a bajar en el mercado internacional, entre ellos el trigo, que se cotizó en 559 dólares la tonelada métrica en febrero y en abril descendió a 394 la tonelada métrica. El 17 de noviembre del 2008 el trigo se cotizó a 244 dólares. Sin embargo, como ya es habitual en la industria molinera y panificadora, nunca trasladan estos menores precios a los consumidores. Actualmente importamos aproximadamente 1 millón 800 toneladas de trigo. Se calcula que con la eliminación de los aranceles, los importadores de alimentos mayormente subsidiados en sus países de origen ganaron un promedio de 500 millones de dólares. Por su lado, los pequeños y medianos agricultores nacionales que producen 25 millones de toneladas de alimentos cada año para el mercado interno quedaron a merced de la voracidad de los oligopolios. "La eliminación de los aranceles nos ha quitado todas las defensas, incluso para enfrentar el TLC con Estados Unidos", dijo el Ing. Luis Zúñiga Rosas, en ese momento presidente de la Convención Nacional del Agro Peruano (CONVEAGRO). Propuestas para enfrentar la recesión El agro nacional está desguarnecido frente a la recesión mundial. No hay que olvidar que el gobierno de Alberto Fujimori quitó el autogravamen al agro y el de Alejandro Toledo entregó nuestro mercado a Estados Unidos. Las medidas de urgencia recomendadas y sugeridas por los especialistas y por CONVEAGRO, el colectivo agrario más importante del país, han caído en los oídos sordos del gobierno. Reynaldo Trinidad Ardiles, director de la revista "Agronoticias" ha propuesto acciones de planificación concertada entre el gobierno y los productores, sobre todo para impulsar la producción nacional de trigo, cebada, maíz, avena granífera, centeno, quinua, kiwicha, cañihua, menestras, papa, camote, yuca, pituca, plátano, lácteos y oleaginosas. Igualmente ha sugerido aprovechar el potencial agrícola de la Baja Amazonía, donde la vaciante de los ríos deja cada año aproximadamente un millón de hectáreas de tierras aluviales naturalmente fertilizadas para la producción de arroz, maíz, menestras y otros cultivos de corto período vegetativo. Asimismo, ha propuesto la producción de fertilizantes alternativos a partir del gas de Camisa y fosfatos de Bayóvar, así como la producción de bioabonos como compost, humus de lombriz y abonos verdes. El precio de los fertilizantes subió en el año 2008 en 141 por ciento en relación al 2007. Augusto Olivares Huamán, jefe de la Oficina de Información Agraria de la Dirección de Agricultura de Junín informó que el saco de cloruro de potasio de 50 kilos que el en el mes de setiembre del 2007 costaba S/. 59.00, el 3 de octubre del mismo año se cotizaba en S/. 142.00. Lo mismo ocurrió con el fosfato. En setiembre del 2007 costaba S/.92.00, un mes después, el 3 de octubre había subido a S/. 213.00. Trinidad Ardiles también ha propuesto, para el rubro del consumo, un programa de fomento de mercados de productores, ferias y festivales agroalimentarios en las principales ciudades del país para acerca al productor y al consumidor y eliminar la intermediación innecesaria en la comercialización agropecuaria. Todo esto vinculado a una masiva campaña de reorientación de los hábitos de consumo, exhortando a la población a sustituir el consumo de alimentos importados subsidiados por los nacionales de igual o mayor valor nutricional. Todo el mundo sabe que nuestros hábitos de consumo están totalmente distorsionados y manipulados por los oligopolios importadores, entre otros grandes y poderosos intereses. Pero una respuesta de fondo a la recesión mundial pasa de modo inevitable por una reconversión del agro nacional, tal como lo ha formulado reiteradamente el Dr. Manuel Lajo Lazo, uno de nuestros mayores especialistas peruanos en el tema. "La reconversión agraria e industrial necesita consenso y planificación estratégica porque requiere optimizar el rendimiento agropecuario e impulsar la diversificación de las industrias distorsionadas por varias décadas de subsidio de su principal materia prima y por una conducta oportunista de los que toman decisiones políticas…", ha escrito el experto. Para Lajo Lazo no hay ninguna posibilidad de que el agro peruano alcance una verdadera competitividad mientras subsistan los subsidios. El ejemplo es el trigo, un cereal altamente subsidiado por Estados Unidos y que los oligopolios han defendido a capa y espada argumentando que no desplaza a ningún cultivo. Pero la verdad que el trigo y otros productos alimenticios importados y subsidiados no sólo desplazan cultivos nacionales e imponen un patrón alimentario foráneo, sino también han creado una industria agroalimentaria artificial y dependiente de la importación. El problema es que son estos grupos económicos los que tienen el poder en el Perú y se niegan a esforzarse más para seguir ganando igual o más que ahora. Saben que su ganancia fácil impide el desarrollo del Perú ,lo estanca, empobrece a las mayorías...pero no quieren cambiar las cosas. ¿persuadirlos o arrinconarlos para que cambien?Allí está el arte de la política peruana del futuro. Coincidiendo con estas y otras propuestas contenidas en la CARTA VERDE, suscrita en febrero del 2004 por el gobierno y los productores, CONVEAGRO ha formulado en diversos documentos ejes para una política agraria. Algunos de estos ejes son: mejorar las condiciones para elevar la productividad del campo en base a investigación, extensión, infraestructura de servicios, organización y tecnificación de los productores; agroindustria y agroexportación de alto nivel tecnológico; acciones compensatorias a las malas prácticas del comercio internacional como contrabando y subsidios; organización agraria prioritariamente orientada a sistemas asociativos de producción agroindustrial y comercialización y recursos necesarios que garanticen una política de seguridad alimentaria, entre otros. CONVEAGRO además ha formulado normas y ha sugerido acciones en torno a la tenencia de tierras y administración de aguas, conclusión del catastro rural, planificación agraria, organización, desarrollo de mercados, capacitación y asistencia técnica, tributación agraria, financiamiento, comercialización, recursos naturales y medio ambiente, comunidades campesinas y nativas, desarrollo especializado de la Sierra y la Amazonía, investigación y tecnología, negociaciones internacionales y compras del Estado, entre otras. La pequeña y mediana propiedad bajo amenaza La Asociación de Agricultores del Valle de Chancay-Huaral-Aucallama, en un pronunciamiento enviado el 11 de noviembre del 2008 al Presidente del Consejo de Ministros, Yehude Simon Munaro y al Ministro de Agricultura, Carlos Leyton Muñoz, denuncia la amenaza que se cierne sobre la pequeña y mediana propiedad agraria, al borde del colapso y su desaparición por la caída de los precios, el alza indiscriminada de abonos y pesticidas y los Decretos Legislativos 1015, 1020, 1077 y 1081 y otros que ponen en riesgo la pequeña y mediana propiedad agraria en el Perú. En efecto, para la implementación del TLC con Estados Unidos, el régimen de Alan García promulgó más de un centenar de Decretos Legislativos que para muchos juristas son anticonstitucionales y veinte de ellos apuntan prioritariamente a abrir el mercado de tierras en el país para la instalación de la gran propiedad agroindustrial, debilitando al Estado en el mismo momento en que los países ricos fortalecen sus estados para resistir la crisis y pretendiendo borrar a la pequeña y mediana propiedad y privatizar las tierras de las comunidades campesinas de la Costa y Sierra y de la Amazonía. Algunos especialistas del agro calculan que entre el 30 al 40 por ciento de las mejores tierras de la Costa están ya en manos de grandes empresas agroexportadoras, en su mayoría de empresarios chilenos. Fernando Eguren, estudioso que preside el Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), ha afirmado que la concentración de tierras en la Costa es mayor en el 2008 que antes de la Reforma Agraria del general Velasco en 1969. Lo mismo ocurre en las ricas tierra del Valle Sagrado, en el Cusco. La absoluta falta de decisión por parte del régimen de Alan García para resolver los más graves problemas de la pequeña y mediana propiedad, de las comunidades campesinas e indígenas, estaría revelando una clara voluntad de que éstas colapsen para dar paso a la gran propiedad. Muchos pequeños y medianos propietarios ya perdieron sus tierras y hoy mismo hay decenas de pequeñas y medianas propiedades agrarias en la Costa a punto de ser rematadas por los bancos porque no han podido pagar sus deudas. A mediados del mes de noviembre se realizó en Lima la XI Convención del Agro Peruano. A lo largo de dos días que duró el evento, los líderes agrarios de todo el país hicieron un dramático diagnóstico y urgieron al gobierno, en las personas del Primer Ministro Yehude Simon Munaro y de los Ministros de Agricultura, Carlos Leyton Muñoz y Antonio Brack Egg presentes en el evento, a tomar medidas de urgencia para la pequeña y mediana propiedad en particular y para el agro en general que, como ha señalado el economista Humberto Campodónico, es el sector que menos se ha beneficiado con el crecimiento del último quinquenio gracias al alza del precio de las materias primas antes que empiece la crisis y la recesión: desde el 2002 hasta el 2007 el PBI del Perú creció en 37 por ciento, mientras que el PBI agropecuario sólo alcanzó el 20 por ciento. La participación del agro en el PBI fue del 9 por ciento en el 2002, luego bajó al 7.9 por ciento en el 2007. El campo peruano alberga al 29.7 por ciento de la población nacional (la población rural según el Censo de Población y Vivienda del 2007 es de 6 millones 601 mil habitantes) y produce el 70 por ciento del abastecimiento alimenticio en el Perú. De acuerdo a un estudio del Ing. José M. Hernández Calderón titulado "Agro: Base para la Seguridad Alimentaria y el Desarrollo Sostenible", el 92 por ciento de los agricultores peruanos trabajan parcelas de menos de 10 hectáreas que representa el 62 por ciento de la tierra agrícola disponible. El 64 por ciento de agricultores conduce parcelas de menos de 3 hectáreas, que en conjunto suman el 22 por ciento de la tierra agrícola. Sin embargo, pese a la enorme significación económica, social, cultural y política de este universo rural y productivo, sobre todo en este ciclo de recesión mundial y ante los eventos irreversibles del cambio climático, el régimen del presidente García prioriza la gran empresa agroexportadora y ha abandonado a este sector ahora estratégico. Empezando por el crédito. AGROBANCO, el banco estatal que el gobierno quiere privatizar, sólo tiene un capital de 250 millones de soles y, como informó el gerente general de la entidad, Luis Palomino Reyna, en la citada reunión de CONVEAGRO, sólo el 30 por ciento del capital se canalizaba hasta hace poco a la pequeña y mediana propiedad y el 70 por ciento se estaba en la banca de segundo piso al 6 por ciento de interés. Esta banca usurera prestaba a los agricultores al 40 por ciento de interés. La caída de los precios y la ausencia de políticas de salvataje está llevando a la ruina a los pequeños y medianos propietarios agrarios, de acuerdo a los testimonios expuestos en la cita de CONVEAGRO. Veamos sólo dos casos. Flavio Moreno Jiménez, agricultor y líder maicero afirma que el precio que ahora recibe por un kilo de maíz es de 0.60 centavos de sol y este precio no cubre sus costos de producción. El punto de equilibro sería 0.90 centavos. Tres grandes empresas avícolas, San Fernando, Redondo y Avinca controlan y manejan los precios. El 80 por ciento de la fibra de alpaca se produce en el Perú y de su producción viven directamente más de un millón 200 mil comuneros en las regiones más pobres del Perú. La libra de fibra se cotizaba el 2007 a 15 soles. Ahora los monopolios Inca Tops y Mitchell que controlan el precio sólo pagan 4 soles. Alberto Massaro Silva, líder y productor agrario, ha calculado que el ingreso de un agricultor con 3 hectáreas de cultivo no pasa de 1000 dólares anuales debido al precio de los fertilizantes, al sistema especulativo u oligopólico de la comercialización agraria y a problemas como la informalidad en el campo. El 98 por ciento de los pequeños productores son informales. Carlos Paredes, un destacado técnico de dirige el proyecto "Sierra Productiva" para el desarrollo del mercado interno en base la pequeña producción campesina, relata que el proyecto que ya exhibe logros importantes fue presentado al entonces Ministro de Agricultura, Ing. Ismael Benavides Ferreyros, banquero y próspero agroexportador. Benavides visitó el proyecto y al principio mostró su interés en él, pero luego le dijo francamente a Paredes que el gobierno de Alan García no apoyaba la pequeña propiedad ni el minifundio porque su prioridad está centrada en la gran empresa agroexportadora. El jurista Juan Francisco Rojas dice que en el diagnóstico que se hizo para el TLC en su relación con el agro se llegó a la conclusión que el mayor problema del campo peruano es el minifundio, es decir, la pequeña agricultura familiar. En consecuencia, los Decretos Legislativos dados para la implementación del TLC pretenden corregir esa supuesta anomalía social y económica borrando del mapa del campo peruano la pequeña propiedad agraria. Lo pequeño y lo mediano como alternativa frente a la recesión mundial y el cambio climático Para el principal organismo mundial dedicado a la agricultura, la FAO, la pequeña agricultura familiar que era vista como un problema ahora es la solución. En la agenda del presente y del futuro de la organización están colocados dos temas prioritarios: la pequeña agricultura familiar y la atención a los mercados locales e internos, de acuerdo al Dr. Fernando Soto Baquero, representante de la FAO para América Latina, presente en el foro de CONVEAGRO de noviembre del 2008. En el escenario de la recesión económica mundial y de crisis de la energía y del agua el modelo de gran monocultivo con alto uso de energía fósil y agua no tiene viabilidad en el siglo XXI. El movimiento Vía Campesina, fundado en 1993 y que ahora cuenta con 132 organizaciones de pequeños productores en 60 países cuestiona severamente, igual que la FAO, el modelo de agricultura industrial basada en el uso intensivo del petróleo y sus derivados y otros recursos naturales agotables. Su propuesta, antes calificada de utópica, ahora no sólo es viable sino estratégica e imprescindible. El modelo de Vía Campesina que parte de la idea de que "otro orden social más justo es necesario" se basa en una agricultura familiar para los mercados locales y regionales, principalmente ecológica orientada a contribuir al enfriamiento del planeta Tierra y a conquistar la soberanía alimentaria. Esta propuesta está vinculada a la llamada economía ecológica o biocomercio formulada por Joan Martínez Alier, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona. A este respecto, Martínez Alier escribe: "Cuando la gente pobre del campo ve que su propia subsistencia está amenazada por un proyecto minero o una represa o una plantación forestal o un área industrial, a menudo protesta no porque sean ecologistas, sino porque necesitan inmediatamente los servicios de la naturaleza para su propia vida. Ese es el ecologismo de los pobres. Ha llegado el momento de substituir el PIB por indicadores sociales y físicos al nivel macro". Para Martínez Alier la riqueza verdadera es la que se basa en el flujo de la energía solar y que evita el uso de combustibles fósiles responsables del calentamiento climático. Por lo mismo-dice-la contabilidad económica es falsa porque confunde el agotamiento de los recursos y el aumento de la entropía con la creación de la riqueza. En el Perú el mayor ejemplo del éxito de la asociatividad y de la agricultura familiar es la caficultura y la producción cacaotera, conectadas en todos los eslabones de la cadena productiva. De todas nuestras exportaciones agrarias-uva, mandarina, espárrago, palta, piquillo, páprika, alcachofa, mango, entre otros-el café representa el 20.7 por ciento. Los especialistas han señalado que sin café ni cacao la superficie agrícola dedicada a la exportación no llegaría ni al 3 por ciento. La pequeña agricultura familiar no sólo es hermosa, parafraseando el libro "Small is Beatiful" de Ernst Friedrich Schumacher publicado en 1973 y que le dio fama mundial a su autor, sino también económica y socialmente rentable y sostenible desde el punto de vista ambiental y ecológico. Una respuesta para el mundo en crisis del siglo XXI. Implacable, la vieja y sabia frase popular dice que "sólo Dios y los imbéciles no cambian". Por lo tanto, el agro espera aún que el presidente García renuncie a sus obsesiones destructivas contra la pequeña agricultura familiar en el Perú antes de que la noche de la catástrofe alimentaria toque a nuestra puerta. Lima, 6 de diciembre del 2008 CENES . CENTRO DE ESTUDIOS NUEVA ECONOMIA Y SOCIEDAD Av. República de Chile 549,Of.203,Jesús María, Lima, Perú Telf. 51-1-93781800 Email : cenes2007@yahoo.es CONOZCA CENES Pg.Web. : www.cenes.20m.com Nuestra opinión sobre la coyuntura ec y politica en el Blog : mlajo.blogspot.com |
Economista Peruano, Director del Centro de Estudios Nueva Economía y Sociedad (CENES). PhD. en Philosophy por la Universidad de East Anglia (Gran Bretaña). Consultor Internacional, fue profesor de la Universidad de Chile y Católica de Lima, e Investigador asociado de las Universidades de Cambridge y Oxford, Inglaterra. Ha publicado dos decenas de libros sobre Política Económica y Agroalimentaria del Perú y América Latina.
12/09/2008
COMO ENFRENTAR LA DEBACLE DEL CAPITALISMO: UNA SINTESIS DE ROGER RUMRRILL
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1 comentario:
Amigo disculpe que no comente el articulo, vivo en Iquitos y me gustaria saber el email del señor Roger Rummrril..
Gracias de antemano, por favor si me lo pudiera facilitar al email
chrksystem@gmail.com
Saludos
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