Mi hermano Javier
Lajo publicó ayer domingo en su Face una "plancha" con los tres
personajes políticos jóvenes que STEVEN LEVITSKI - profesor de Gobierno en la
Universidad de Harvard desde el 2008, académico visitante en el Perú en el 2009
y 2010 - mencionó el mismo día en el Diario La República: Verónica, Sergio
Tejada y Marisa Glave (esta última sin embargo no puede ser parte de una plancha
por no alcanzar la edad). De nacionalidad norteamericana, Levitski es conocido
por otros artículos muy lúcidos y libros muy interesantes desde su obtención
del Ph. D. en Ciencia Política en Berkeley y se especializa en los procesos de Argentina,
Nicaragua y Perú.
CREO
ES UTIL EXTRACTAR (Y COMENTAR EN MAYÚSCULAS) LO CENTRAL DE SU ARTICULO, QUE EN
SUS PROPIAS PALABRAS PRETENDE RECOMENDAR COMO "RESUCITAR " A LA
IZQUIERDA PERUANA:
"La construcción de una izquierda exitosa requiere
por lo menos tres cambios.
Primero. LA VIEJA GUARDIA TIENE QUE IRSE
Si quiere resucitar la izquierda peruana, la
nueva generación tendrá que matar a sus padres. Los partidos históricos (PCP,
Patria Roja), los intelectuales, quizás todos los políticos de la época de la
Izquierda Unida, tendrán que jubilarse. Fuera de la foto. Muchos son buenas
personas; algunos son muy respetados. Pero han fracasado, sin cesar, por 25
años..... Mientras nuevos proyectos de izquierda crecieron en países como
Bolivia, Brasil, Costa Rica, El Salvador, México, y Uruguay, en el Perú,
después de 25 años, la izquierda sigue fragmentada, divorciada de los sectores
populares, y electoralmente marginal. La vieja guardia ha fracasado. Que se
vaya"
MATICEMOS: EL PERÚ
NO TENDRIA EL ESCENARIO ACTUAL -DIFICIL PERO ESPERANZADOR- SIN EL EXITO PARCIAL
DE ESA IZQUIERDA "DIVORCIADA DE LOS SECTORES POPULARES" PERO QUE
CONTRIBUYO A TRANSITAR DE LA CONTRA-REVOLUCION DE LOS AÑOS 70 Y 80 A LA DERROTA
Y ENCARCELAMIENTO DE UNA PARTE DE LA CUPULA MAFIOSA QUE TOMO EL ESTADO EN LOS
90.
ES CIERTO QUE LA
DIVISION DE LAS CUPULAS CRIOLLAS DE LA IZQUIERDA EN 1989-90 ENTREGO AL PERU A
LA DERECHA Y - AUN PEOR - A LA MAFIA FUJI- MONTESINISTA QUE AFIANZO EL
NARCOESTADO Y NO TUVO PROBLEMA EN APLICAR LAS REFORMAS NEOLIBERALES DEL
CONSENSO DE WASHINGTON, DESMONTANDO LO QUE QUEDABA DE LA "REVOLUCION
PERUANA" DE VELASCO. PERO CREO QUE HAN SIDO LAS CUPULAS CRIOLLAS Y NO LAS
MILITANCIAS Y LAS BASES ORGANIZADAS O MOVILIZADAS LAS QUE "HAN
FRACASADO".
NO DEL TODO PORQUE
HACE CUATRO AÑOS GANARON LA ALCALDIA DE LIMA CON SUSANA VILLARÁN, GANARON EN
CONGA, EN LA REVOCATORIA DE LA ALCALDESA DE LIMA E INICIARON ESTE AÑO 2015
DERROTANDO -CON LA LEY PULPIN Y TIA MARIA - NADA MENOS QUE A LA CONFIEP, LAS
CORPORACIONES MINERAS Y AL GOBIERNO NEOLIBERAL DE OLLANTA LA VIEJA Y LA NUEVA
GUARDIA SE COMPLEMENTAN MUY BIEN. NO HAY MALA RELACION ENTRE LA JOVEN IZQUIERDA
Y "SUS PADRES" A LOS QUE SEGUN LEVITZKI TENDRÍAN QUE
"MATAR".
LOS
JÓVENES PERUANOS NO QUIEREN MATAR A SUS PADRES:
SABEN UTILIZAR LA
EXPERIENCIA DE LOS VIEJOS SIEMPRE QUE ESTOS NO QUIERAN IMPONERSE COMO, P.E., EN
1989 O 1996 O APARECER O DISPUTAR MENDRUGOS ELECTOREROS EN UNA CAMPAÑA QUE
REQUIERE ROSTROS E IDEAS NUEVAS PERO CORRECTAS, REALISTAS, MINUCIOSAS,
ACTUALIZADAS.
SABEN -LA PAREJA
NADINE OLLANTA LO ENSEÑA-QUE DESMONTAR LAS TRAMPAS DEL ESTADO PERUANO REQUIERE
EXPERIENCIA, FIRMEZA, PERSEVERANCIA, HONESTIDAD A PRUEBA DE MILES DE MILLONES
DE DOLARES. NADA MAS DEBIL QUE UNA IZQUIERDA DESGASTADA POR ERRORES DE LO QUE FUE
SU CUPULA CRIOLLA Y NADA MAS VULNERABLE QUE UNA IZQUIERDA SIN EXPERIENCIA
LIGADA HOY MUY FUERTEMENTE A LA MAS IMPORTANTE CONCENTRACION DE SECTORES
PROFESIONALES Y TECNICOS CON CAPACIDADES CIENTIFICAS Y TECNOLOGICAS
GLOBALIZADAS. LA DERECHA NI EL CENTRO TIENEN EN SU FAVOR ESOS FACTORES.
"Segundo, LA NUEVA IZQUIERDA DEBERIA
ABANDONAR TODOS LOS SIMBOLOS Y CONSIGNAS DE LA IZQUIERDA TRADICIONAL
Uno de los legados de Sendero Luminoso es una
alergia –en gran parte de la sociedad peruana– a todo que huele a marxismo. Más
que en otros países, los símbolos, consignas y discurso de la izquierda
tradicional son espantavotos en el Perú, porque se asocian con Sendero. Si la
izquierda quiere ganar elecciones, entonces, tiene que tirar su guión
tradicional al basurero y crear un nuevo discurso y cultura"
DE ACUERDO, SENDERO
Y NO SOLO LA IRRESPONSABILIDAD DE LAS CUPULAS CRIOLLAS DE LA IZQUIERDA LLEVARON
A QUE EL PERU ESTE HOY MUY ATRASADO RESPECTO DE TODA AMERICA LATINA QUE -CON
POCAS EXCEPCIONES- MARCHA AL SOCIALISMO DE MERCADO ANDINO Y AMAZÓNICO. PERO LOS
SÍMBOLOS COMUNISTAS HACE RATO PASARON A SER PARTE DE LA CULTURA HISTÓRICA, COMO
EL CHE GUEVARA-E INSPIRARON OTROS SIMBOLOS QUE HOY MOVILIZAN A LAS MASAS
PERUANAS: LA WIFALA MULTICOLOR DE LOS INCAS Y PREINCAS - BANDERA QUE MUY POCOS
LEVANTABAMOS EN LOS 80 - Y QUE HA LOGRADO EVITAR EL COLAPSO (COMO LA CHACANA)
POR EL USO FUNESTO QUE LE DIO TOLEDO. EL BOLIVIANO LOZADA COMO PPK HABLABAN EL
ESPAÑOL CON DEJO INGLES, TOLEDO LOGRO CON SU ROSTRO INDIGENA INSTALAR UN
GOBIERNO PRO TLC DE BUSH Y QUE AVANZO PERO NO PUDO SANCIONAR GRAN PARTE DE LA
CORRUPCION SISTEMICA FUJIMONTESINISTA. Y LAS CONSIGNAS VAN SURGIENDO EN LAS
LUCHAS COMO EN EL VALLE DEL TAMBO EN LAS MOVILIZACIONES JUVENILES CONTRA LA TV
BASURA
"Tercero, LA NUEVA IZQUIERDA TIENE QUE
REPENSAR SU BASE SOCIAL
Tradicionalmente, la izquierda
latinoamericana movilizaba a los obreros y los campesinos y buscaba representar
a las “mayorías populares”. En el Perú de los años setenta, tenía algo de
sentido: habían obreros (la tasa de sindicalización superó a 20%) y campesinos.
Y la mayoría de los peruanos eran pobres.
Pero la sociedad cambió.Hoy la clase obrera
tradicional es casi inexistente. Solo el 4% de la población económicamente
activa pertenece a un sindicato. Además, el país es 80% urbano. Los campesinos
ya son pocos. Y gracias al boom económico de los 2000, la mayoría dejó de ser
pobre.
Hoy en día, entonces, la izquierda enfrenta
una sociedad con pocos obreros y campesinos. Y los sectores populares ya no son
tan pobres. Sus miembros tienen (o esperan tener) casa y auto, mandan (o
esperan mandar) sus hijos a la universidad, y consumen producto".
DE ACUERDO, EN PARTE. NO ES TAN CIERTO QUE SEAN TAN POCOS LOS OBREROS Y CAMPESINOS. Y ES UNA FALACIA PENSAR QUE LOS PROGRAMAS SOCIALES DESDE LOS 90 ACABARON CON LA POBREZA EXTREMA. SOLO LA DISIMULAN ESTADÍSTICAMENTE MIENTRAS EXISTAN. HAY UN PROLETARIADO NUEVO DE JOVENES URBANOS DE LAS GRANDES CORPORACIONES COMERCIALES. MUCHISIMOS MINIFUNDISTAS Y PEQUEÑOS PRODUCTORES DEL CAMPO Y LA CIUDAD DE TODO TIPO TIENEN SU CORAZON Y SUS INTERESES LEJOS DE LOS MONOPOLIOS QUE LOS EXPLOTAN O LOS DEJAN SIN MERCADOS CON TRAMPAS LEGALIZADA POR CIERTO: LA BASE SOCIAL DE LA IZQUIERDA ACTUAL NO ES SOLO TRABAJADORES ASALARIADOS. DISPUTAMOS A LOS MONOPOLIOS EL 99.99% DE LOS EMPRESARIOS, QUE SON PEQUEÑOS, MEDIANOS Y MICROEMPRESARIOS Y EN LA MEDIDA QUE NUESTRA ORGANIZACION Y TRANSPARENCIA NOS DE EL PODER NECESARIO ENFRENTAREMOS CON TOTAL CLARIDAD LA NEGOCIACION CON LOS GRUPOS ECONOMICOS QUE HAN DEMOSTRADO NO SABER GOBERNAR AL PERÚ. TIENEN TAMBIÉN UN LUGAR EN ELESFUERZO TECNOLOGICO Y ORGANIZACIONAL DEL PERÚ DEL FUTURO, DEBEN GANÁRSELO.
Escribe:
Steven Levitsky
La
República, Edición Impresa del 07 de Junio de 2015
La última
refundación de la izquierda peruana ha naufragado. A los dos años del
lanzamiento del Frente Amplio, la izquierda está dividida en dos frentes,
ninguna de la cual es viable. Mientras la izquierda gobierna en la mayoría de
los países latinoamericanos, en el Perú apenas alcanza a Brad Pizza en las
encuestas. Es la izquierda que la derecha quiere: una fuerza marginal que no
amenaza a nadie.
Pero no tiene que
ser así. Como han señalado Carlos Meléndez y Eduardo Dargent, existe un espacio
electoral que la izquierda podría aprovechar. A pesar del boom económico, hay
altos niveles de descontento. Según el Latinobarómetro (2013), solo el 23% de
los peruanos está satisfecho con la economía. Los servicios públicos
(educación, salud, transporte, seguridad) son de baja calidad, generando
frustración y una percepción de injusticia, porque el Estado parece favorecer a
una minoría privilegiada a costo de los demás. Según el Latinobarómetro, solo
el 16% de los peruanos cree que sus gobiernos gobiernan “para el bien de todo
el pueblo”. Y solo el 17% cree que la distribución de la riqueza en el Perú es
justa.
Esta percepción de
injusticia abre una puerta para la izquierda. El viejo discurso anticapitalista
y antiimperialista no gana elecciones en el Perú (los peruanos mayoritariamente
apoyan al libre comercio y la inversión extranjera), pero la izquierda no tiene
que ser anticapitalista. La izquierda es redistributiva. Busca utilizar al
Estado para reducir la desigualdad. Se puede crear una sociedad más igualitaria
(por ejemplo, cobrando más impuestos a los ricos para financiar políticas
públicas que benefician a la mayoría) sin tumbar al sistema capitalista. De
hecho, en un país como el Perú, donde más del 80% cree que la distribución de
la riqueza es injusta, un programa redistributivo sigue siendo muy atractivo.
Pero si un espacio
progresista existe en el Perú, solo una izquierda renovada (y no reciclada)
podrá ocuparlo. Será una izquierda joven, que representa un cambio
generacional. Por ejemplo, un movimiento de jóvenes progresistas encabezado por
Marisa Glave, Verónika Mendoza, y Sergio Tejada (con Mendoza, una cusqueña,
como candidata presidencial) podría cambiar el panorama electoral en 2016.
La construcción de
una izquierda exitosa requiere por lo menos tres cambios. Primero, la vieja
guardia tiene que irse. Si quiere resucitar la izquierda peruana, la nueva
generación tendrá que matar a sus padres. Los partidos históricos (PCP, Patria
Roja), los intelectuales, quizás todos los políticos de la época de la Izquierda
Unida, tendrán que jubilarse. Fuera de la foto. Muchos son buenas personas;
algunos son muy respetados. Pero han fracasado, sin cesar, por 25 años. Ni
siquiera Javier Diez Canseco ofrece un modelo para seguir. Diez Canseco fue un
hombre honesto y de principios. Fue un buen parlamentario. Luchó con valentía
contra Fujimori. Pero como líder de la izquierda, fracasó. Bajo su liderazgo,
la izquierda no solo colapsó en 1989 sino que fue incapaz de reconstruirse
durante dos décadas. Mientras nuevos proyectos de izquierda crecieron en países
como Bolivia, Brasil, Costa Rica, El Salvador, México, y Uruguay, en el Perú,
después de 25 años, la izquierda sigue fragmentada, divorciada de los sectores
populares, y electoralmente marginal. La vieja guardia ha fracasado. Que se
vaya.
Segundo, la nueva
izquierda debería abandonar todos los símbolos (bandera roja, puño en alto,
etc.) y consignas de la izquierda tradicional. Uno de los legados de Sendero
Luminoso es una alergia –en gran parte de la sociedad peruana– a todo que huele
a marxismo. Más que en otros países, los símbolos, consignas y discurso de la
izquierda tradicional son espantavotos en el Perú, porque se asocian con
Sendero. Si la izquierda quiere ganar elecciones, entonces, tiene que tirar su
guion tradicional al basurero y crear un nuevo discurso y cultura.
Tercero, la nueva
izquierda tiene que repensar su base social. Tradicionalmente, la izquierda
latinoamericana movilizaba a los obreros y los campesinos y buscaba representar
a las “mayorías populares”. En el Perú de los años setenta, tenía algo de
sentido: habían obreros (la tasa de sindicalización superó a 20%) y campesinos.
Y la mayoría de los peruanos eran pobres.
Pero la sociedad
cambió.Hoy la clase obrera tradicional es casi inexistente. Solo el 4% de la
población económicamente activa pertenece a un sindicato. Además, el país es
80% urbano. Los campesinos ya son pocos. Y gracias al boom económico de los
2000, la mayoría dejó de ser pobre.
Hoy en día,
entonces, la izquierda enfrenta una sociedad con pocos obreros y campesinos. Y
los sectores populares ya no son tan pobres. Sus miembros tienen (o esperan
tener) casa y auto, mandan (o esperan mandar) sus hijos a la universidad, y
consumen productos que antes solo consumían los pitucos. La izquierda tiene que
adaptarse a esta nueva realidad social. Puede alinearse con la CGTP o los
ronderos de Cajamarca, pero sin imaginar que representan a los sectores
populares. Representan intereses legítimos, pero estrechos. Puede acompañar a
las movilizaciones campesinas en defensa de sus comunidades ante la expansión
poco regulada de la minería, pero convertir esa lucha en el eje de su programa
sería atarse a una base social estrecha. Y olvidarse del Perú urbano.
La izquierda
desapareció del Perú urbano hace años. Hoy el fujimorismo tiene más presencia
en los sectores populares de Lima. Si la izquierda quiere ganar elecciones,
tendrá que revertir esa situación. Tendrá que apelar no solo a los pobres urbanos
(que son cada vez menos) sino también a la creciente clase media-baja. Ese
sector vive mucho mejor que hace dos décadas. Un discurso enfocado
exclusivamente en los costos del neoliberalismo, y que no ofrece nada a los que
se beneficiaron del boom pero que aspiran a más (más seguridad económica y
física, más participación, más justicia, más y mejores servicios públicos) gana
pocos votos en los sectores populares urbanos. Y sin los sectores populares
urbanos, la izquierda no va a ningún lado.
Cuando la izquierda peruana
resucite, será otra: será una izquierda más joven, menos atada a las luchas del
pasado, y más atenta a las necesidades de los sectores medios urbanos. Si la nueva generación de políticos progresistas
construye esa izquierda para 2016, cambiaría profundamente la dinámica
electoral. Pero el tiempo se acaba.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario