4/14/2018

Diversificación Productiva en el Perú 2018


¿Diversificación productiva o simplemente industrialización?

Abril 2018
Jorge Díaz Gómez.


El Perú de manera tardía inició la Industrialización por Sustitución de Importaciones en la década del cincuenta y terminó este modelo con el advenimiento del gobierno de Fujimori, que hizo suyo el Consenso de Washington, que implicó en otras cosas el desmontaje de la pequeña y raquítica industria del país.
De acuerdo a los estudios desarrollados por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el proceso de industrialización se inició todavía en la década del treinta del siglo pasado, como consecuencia del desplome de la economía mundial, que se inició en Estados Unidos en el año 1929, y rápidamente se extendió por todo el mundo. Esta ruptura económica, paradójicamente se convirtió en una ventana de oportunidad para los países más avanzados de América Latina, quienes propiciaron políticas industrialistas a partir del Estado, con la instalación  de siderúrgicas y plantas de generación hidroeléctrica; los países que avanzaron en esta ruta fueron principalmente Argentina, Brasil, México y Chile.
En el caso peruano, desconocemos la experiencia pionera del sur del Perú, en particular la experiencia de construcción de grandes industrias ubicadas principalmente en el departamento del Cusco, que se caracterizaron por ser plantas de producción textil de gran envergadura que contaban con su propia planta de generación hidroeléctrica como fueron los casos de Estrella y Huascar en la ciudad del Cusco; la textilería Lucre en el distrito de Lucre con su propia planta hidroeléctrica; la textilería de Urpay en el distrito de Huaro que también tenía su propia planta de generación hidroeléctrica; la textilería de Chectuyuc en el distrito de Maranganí ubicado en el sur del departamento del Cusco, con las mismas características anteriores. Estas plantas de procesamiento de lana de oveja y fibra de alpaca utilizaron lo mejor de la tecnología de su época, muchos de ellos empezaron sus actividades en pleno periodo de la guerra del pacífico; esta guerra paradójicamente se convirtió en una ventana de oportunidad, debido a que los puertos del sur del Perú estuvieron bloqueados por la armada del país sureño, lo que impidió que se realizara de manera normal la exportación de lana de oveja y fibra de alpaca hacía Inglaterra y desde ese lugar importar telas y materiales para la elaboración de prendas de vestir.
Este camino de industrialización del sur del Perú continuó hasta la década del cincuenta del siglo pasado, y tenía como mercado no solamente el sur del Perú, sino también Bolivia, el norte de Chile y el norte de Argentina, de este modo existía el corredor económico que articulaba el sur peruano con Bolivia y Argentina.
El presente artículo no es para explicar las causas que originaron la desaparición de la industria del Cusco y posteriormente la desaparición de ramas industriales completas en la ciudad de Lima y en la ciudad de Arequipa en la década del noventa.
Cuando se inició la administración de Humala, se propusieron tímidamente iniciar el denominado planteamiento de la diversificación productiva, tomaron este nombre probablemente para no irritar a los grupos tradicionales de poder y ciertos “especialistas”, que piensan que es una mala palabra proponer la industrialización, porque para estos “expertos”, lo que el Perú debe hacer es limitarse a producir materias primas entre ellos extraer minerales.
Lo que está en cuestión, es fomentar el debate respecto a la perentoria necesidad de la industrialización, a propósito que un ministro de la administración de Vizcarra está proponiendo retomar nuevamente la supuesta diversificación productiva. Este planteamiento desarrollado en la  administración anterior se quedó en buenas intenciones y no se concretó en la práctica; mientras se predicaba la diversificación productiva, se producía al mismo tiempo la destrucción de la industria textil por la desleal competencia externa. Ante este hecho, la anterior administración se hizo de la vista gorda, frente a las prácticas destructivas como los precios dumping, practicados por las empresas chinas en contubernio con las mega comercializadoras SAGA FALABELLA y RIPLEY.

La industria textil y de confecciones del Perú se había desarrollado a pesar de las políticas anti industrialistas de los sucesivos gobiernos iniciado por Fujimori, para mostrar este proceso sería conveniente mostrar algunas cifras de exportación de confecciones en el periodo 2010 y 2014.



Las cifras muestran el incremento de exportaciones de confecciones hasta el año 2012, en los años siguientes asistimos a un decrecimiento paulatino de las exportaciones y esta tendencia ha continuado hasta el año 2017, de acuerdo a publicaciones al respecto. En cambio, las importaciones de confecciones han tenido un crecimiento sostenido en el periodo mencionado.
Las exportaciones de textiles y confecciones cerraron el 2016 con un retroceso de 10% respecto al 2015, alcanzando un monto de US$ 1,195 millones, siendo este monto cercano a lo exportado durante el 2004 (US$1,092 millones), según cifras del Banco Central de Reserva (BCR).
El retroceso del país en los mercados internacionales ha sido ocupado por los países del sud este asiático de acuerdo a diversas publicaciones especializadas. El diario Gestión mencionó que en los últimos años, países como China, Vietnam, Bangladesh e India pasaron de representar el 58% del total de prendas de algodón exportadas a Estados Unidos en el 2012, a 61% del total durante el 2016.
Según cifras de la Coordinadora de Empresarios de Gamarra,este rubro viene a la baja, pues en los últimos diez años la caída del sector textil y confecciones llevó al cierre de un 25% de las fábricas y a una reducción de similar cantidad de puestos de trabajo.
La situación, señala el gremio que agrupa a un gran número de empresarios del emporio comercial, es crítica y requiere de una urgente intervención del Estado.
La visión equivocada que todo lo resuelve el mercado
Como se ha mostrado con cifras y por las declaraciones de los principales actores de la industria textil, los gobiernos de turno, se han quedado en las buenas intenciones, pero no han realizado ninguna acción concreta para defender la industria textil, preservando empleo e ingresos y posibilitando en el mediano plazo una mayor competitividad de este sector.
Esta realidad se repite en todas las áreas económicas, existe una inacción de parte del Estado para promover e impulsar la industrialización de las diferentes ramas industriales, porque existe un enfoque equivocado respecto al rol del mercado.
¿Cómo explicar esta inacción del Estado Peruano, que teniendo un sector industrial competitivo como el sector textil, no se tenga una política definida y se observe con infinita pasividad la destrucción de este sector?. Esto se explicaría porque en las altas esferas de poder predomina un enfoque de que un país solamente debe producir aquellos en el cual seríamos competitivos, en el caso peruano implicaría que nos enfoquemos sólo en promover la inversión en minería, petróleo y gas, y en menor medida la generación hidroeléctrica.
Como lección aprendida no debemos olvidar nunca la nefasta experiencia del destino del gas peruano, en vez de diseñar un proyecto de industrialización del gas, se implementó todo un esquema de exportación del gas en bruto. En este caso, se privilegió el negocio fácil de exportar el gas, porque esto convenía a los grupos económicos de los países centrales.
No se debe olvidar que existe una división internacional del trabajo, donde los países como el Perú, tienen asignado un rol como productores de materias primas, por ello, invocar las señales del mercado para orientar las inversiones, significa aceptar que otros determinen el lugar que tenemos que ocupar en el concierto mundial. Si analizamos la realidad y no nos guiamos por ideologías, se descubriría espacios para desarrollar de manera independiente ciertas ramas de la economía, para ello, el Estado debe tener un rol activo en sectores claves en alianza con el sector privado, pero orientado por un  Estado en base a un plan de largo plazo para industrializar algunas ramas claves donde indudablemente deberíamos basarnos en la experiencia acumulada o en la existencia de una renta diferencial que nos posicionaría con cierta ventaja en el mercado internacional, como sería los casos del gas, minería, agro exportación, pesca, etc.
A propósito el gobierno Boliviano ha inaugurado últimamente una planta de urea con una producción de un millón de toneladas para abastecer el mercado interno y exportar a Argentina, Paraguay y Brasil, con lo cual, han dado un paso gigantesco para darle valor agregado a su materia prima y de este modo generar más empleo decente y mayores ingresos a su población.
Cuando se inició la construcción del gasoducto, se promovió un amplio debate en el sur del Perú, donde se afirmaba que se habría una ventana de oportunidad para el desarrollo del país, en particular del sur peruano. En este debate se proponía el cambio de la matriz energética y la industrialización del gas, convirtiendo a nuestro país en más competitivo; pero estos planteamientos fueron dejados de lado por la angurria de los grupos de poder centralista que prefieren hacer negocios de corto plazo, como fue la entrega del gas a las empresas que hoy exportan como materia prima.
La diversificación productiva preconizado por los gobiernos de turno, se refieren a cosas de poco valor y dejan pasar lo sustantivo que aportaría al desarrollo sostenido de la economía nacional.
La propuesta de diversificación productiva, está lleno de buenas intenciones, pero no tienen propuestas reales de políticas de financiamiento para las pequeñas empresas, quienes de este modo tendrían mayores posibilidades de incursionar en darle valor agregado a su producción primaria, precisamente por la ausencia de una cultura de procesamiento, los productores enfrentan grandes fluctuaciones de precios cuando se produce una buena cosecha, como ocurrió con la producción de papa en los últimos meses del año 2017.
¿Por qué es importante añadir valor agregado en todas las actividades productivas?
Para entender mejor esta dinámica, pongamos un ejemplo: En cada cuenca lechera tenemos cientos de ganaderos lecheros, que producen leche fresca, pero no cuentan con la infraestructura de frío, necesario para dar pasos en la dirección del procesamiento de este producto; a pesar de estas limitaciones, si algunos de los ganaderos estuvieran capacitados en el procesamiento de la leche de vaca podrían obtener derivados de leche, como yogurt, mantequilla y queso maduro, mediante este mecanismo de procesamiento, podrán duplicar o triplicar sus ingresos. Este ejemplo se basa en experiencias concretas en todo el territorio nacional que debería ser replicado a mayor escala para lograr mejorar el nivel y calidad de vida de miles de familias  productoras que en la actualidad son catalogadas como pobres.

Los miles de productores de café venden su producción a 6 o 7 soles el kilo de café pergamino, pero si este café es sometido a un proceso de tostado y molienda y luego embolsado para su venta, el kilo de café costaría en el mercado un mínimo de 20 soles el kilo. Con estos ejemplos, tratamos de mostrar la importancia de implantar la cultura del procesamiento en todas las actividades productivas. De este modo, podremos mejorar los ingresos de las familias que en la actualidad son productores primarios, esto multiplicaría la creación de empleo de manera descentralizada, pero para ello, se tiene que cambiar el modo de pensar de todos aquellos que toman las decisiones en el gobierno y el congreso nacional.
Indudablemente, estos pequeños emprendimientos no cambiará de manera sustantiva el lugar del país en el concierto internacional, se tiene que identificar áreas estratégicas para la industrialización aprovechando que en determinados sectores tenemos la ventaja comparativa que nos proporciona una renta diferencial, y si a esta ventaja le añadimos, tecnología y gestión, con toda seguridad lograremos la ventaja competitiva para entrar con éxito al mercado internacional.
El planteamiento de la ventaja comparativa no solamente se circunscribe a los recursos naturales, sino sobre todo a los recursos humanos, no es casual que los jóvenes peruanos ocupan los primeros lugares en los concursos internacionales de matemáticas y las competencias de ajedrez, lo que indica que tenemos talento humano que debería ser canalizado a las áreas de ciencia y tecnología para producir conocimiento, como lo hacen los países emergentes como China, India y Corea del Sur.

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